La cobertura de una boda es siempre agotadora. Es indiferente la cantidad de invitados, el lugar del evento o la pareja que te contrata.
Ellos depositan toda su confianza en tus manos, en tu visión fotográfica, en la sensibilidad con la que captas las imágenes, etc. Sin lugar a dudas, ese día es uno de los más importantes en sus vidas y el compromiso que adquieres con ellos es tremendo. Por ese motivo, el desgaste que sufro es importante y por este particular, no acepto nunca más de una boda a la semana. Amo mi trabajo, pero ante todas las cosas, lo respeto.
Dicho esto os muestro un par de imágenes de una de las bodas de esta temporada más especiales para mi, la de Júlia y César. Especiales por el cariño con el que siempre me han tratado. Desde que Júlia se puso en contacto conmigo por primera vez mostró muchísimo interés por mi trabajo y me explicó con todo detalle como sería su boda. Pero especial sobretodo por que a pesar de que el lugar escogido para celebrar su banquete tenía exclusivas con otros fotógrafos, ellos no escogieron la opción más sencilla e hicieron todo lo posible para que yo pudiera realizar su reportaje. Agradezco a la dirección del Castell Jalpí el haber aceptado la petición de la pareja y al personal con el que coincidí en la ceremonia lo bien que me trataron.
Gracias Júlia, gracias César. ¡¡Qué seáis muy felices!!
